Docencia Ciencias de la Tierra, Enseñanza Geociencias, Comunicación Ciencias de la Tierra
Editorial
En este número de nuestra revista, nos complace presentar quince contribuciones que enriquecen el panorama de la enseñanza y la comunicación de las Geociencias, con enfoques que integran la indagación geológica, la conciencia ambiental, la innovación didáctica y la tecnología educativa. Los artículos publicados no solo comparten conocimiento científico, sino que también proponen nuevas formas de acercarlo al profesorado, estudiantado y a comunidades interesadas.
Uno de los ejes más inspiradores de este número es el valor del trabajo de campo, que comprende las excursiones geológicas como herramienta pedagógica. La video excursión en la Sierra de Guanajuato y la guía geológica del Pico de Orizaba ofrecen modelos didácticos que favorecen la comprensión de procesos geológicos que ocurren a gran escala.
Otro tema de gran relevancia es la conciencia ambiental frente a la contaminación por plásticos y microfibras. Estudios como el análisis de la distribución de microplásticos en el cráter de Rincón de Parangueo, la reflexión sobre “la huella invisible” de las microfibras en el ambiente y las experiencias de educación ambiental como la lombricomposta, ofrecen recursos valiosos para conformar una ciudadanía informada y consciente.
En cuanto al análisis de estructuras geológicas, este número incluye contribuciones que refuerzan el aprendizaje de conceptos como el desplazamiento en fallas y la geometría de pliegues tipo chevron. Estas interesantes propuestas fortalecen la enseñanza de la Geología Estructural desde la observación y el pensamiento tridimensional, esenciales para formar geocientíficos capaces de entender la historia tectónica de nuestros territorios.
Destaca la diversidad de perspectivas didácticas en torno a la enseñanza de las Ciencias de la Tierra, desde el análisis comparativo entre los enfoques Montessori y la Nueva Escuela Mexicana en la comprensión de temas de Ciencias del Mar y el uso de inteligencia artificial con herramientas como ChatGPT en la enseñanza de la hidrogeología hasta el análisis de estrategias para mejorar la difusión y promoción de las Geociencias en redes sociales.
También hay trabajos relacionados con el estudio de circones y su procedencia, el diseño de programas de cómputo para estudiar partículas clásticas, el uso de un muestreador en ambientes lacustres, el aprovechamiento del Léxico Estratigráfico Mexicano en el bachillerato y la importancia de metodologías de exploración geotérmica.
Este número es bastante nutrido y muestra que no existe una manera única de enseñar las Geociencias, sino múltiples rutas que se adaptan a los contextos, intereses y necesidades del estudiantado y profesorado. Estos quince artículos reflejan el dinamismo, la creatividad y el compromiso de una comunidad que no sólo investiga y enseña a entender nuestro planeta, sino que también comunica con pasión y responsabilidad.
Finalmente, deseamos que este número inspire a acercarse a las diferentes temáticas y sirva como puente entre el aula, el campo, el laboratorio y la sociedad. Agradecemos profundamente a las y los revisores de los manuscritos, quienes con gran profesionalismo y experiencia evaluaron cada trabajo con rigor y compromiso desde diversas disciplinas y latitudes.
Atentamente,
Comité Editorial Enseñanza y Comunicación de las Geociencias